El fuego de la vida es apagado por las peripecias de la casualidad, el azar y los abrumadores planes de quien controla la información, el entretenimiento y las horas de ocio de millones de personas.
No hay iniciativa, no hay proyección, no hay solidaridad, no hay unidad, no hay individualidad, no hay perspectiva de cambio. Dentro de su reino, el saber es el que él dicta, y lo que dicta es la verdad absoluta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario